Cualquier persona que haya comprado un negocio por primera vez o que esté por comprar uno se hace este interrogante. La contestación, al menos para quien escribe, es no. Sin embargo, sabemos reconocer también que la respuesta definitiva dependerá de la aversión al riesgo que tenga o quiera asumir el comprador.
Un negocio exitoso nos hará descansar en no tener que preocuparnos - más allá de mantener la situación general del mismo - en buscar clientes, mejorar el trabajo de nuestro empleado, revisar el circuito de compra de mercaderías e insumos. Al ser un negocio exitoso, entendemos que estos puntos están encarrilados y funcionando de una maneras más que aceptable.
Claro está, que si la ambición del que compra un negocio rentable es mejorarlo y hacerlo más exitoso aún, ampliar la actividad a otros rubros, o incluso llegar a generar una cadena de franquicias, deberá trabajar arduamente para lograr ese crecimiento.
Pero volvamos al tema de si debo únicamente comprar un negocio exitoso. Al comprar un negocio se está apostando a un desarrollo económico, en donde el rédito que quieras obtener deberá reflejarse en el precio de compra que paguemos por el negocio a adquirir. Seguramente el precio que nos pida el vendedor de un negocio exitoso será muchísimo más elevado que el que podamos conseguir por otro negocio, del mismo rubro, pero que no tenga ese éxito. Por lo tanto, todo será una cuestión de equilibrios de precios y aversión de riegos que queramos correr con la compra que estamos haciendo.
Comprar un negocio que está atravesando un momento económicamente complicado, requiere que el comprador esté convencido que pueda mejorar la situación. Uno debería analizar el negocio, ver los puntos débiles y pensar en mejoras a realizar. Muchas veces vemos que el dueño actual tiene una mala estrategia comercial, ya sea de precios, plazos de entrega, distribución, pero aun así ha desarrollado una clientela relativamente estable, y que simplemente con atacar esos puntos, podríamos multiplicar la facturación.
Si fuese ese el caso, es probable que nos convenga comprar un negocio con esas característica, aunque no sea muy exitoso, e implementar rápidamente aquellos cambios que creemos que mejoraran el desarrollo y la rentabilidad del mismo.
Otro caso habitual tiene que ver con la ubicación del local, la zona y el barrio. Se da la situación de locales idealmente ubicados para un target social pero sin embargo el dueño adaptó su negocio a un público diferente, por lo cual el éxito que ha logrado es limitado. Cualquier inversor que perciba ello, pueda implementar ese cambio, y logrará incrementar el éxito y la rentabilidad del mismo.
Cada negocio deberá ser analizado, y dependerá del perfil del comprador. Habrá quienes prefieran adquirir exclusivamente negocios exitosos, ya que desean reducir al máximo posible el riesgo de fracaso, aunque la adquisición no sea tan redituable.
Precio y limitación de riesgos son los dos platos de la balanza que cualquier persona que desea comprar un negocio en marcha debe evaluar. Cada uno tendrá su equilibrio personal que lo hará decidir por una alternativa.