En esta nota, veremos que existen múltiples motivos o incentivos para adquirir un negocio, de manera tal que muchas personas podrían considerar esta opción como una alternativa interesante para su desarrollo personal, profesional y también económico.
Para quienes se desempeñan en relación de dependencia, es muy habitual que en algún momento de su carrera surja la inquietud de llevar a cabo alguna inversión o negocio por fuera de su trabajo. Lo piensan generalmente como una opción para comenzar a generar una renta adicional. No obstante, también será útil para planificar un futuro retiro a una actividad independiente, o bien como un “seguro” en el caso de pérdida del empleo actual. La aspiración de ser independiente suele ser bastante frecuente para aquellos que se desempeñan como empleados.
En otras ocasiones, desafortunadamente, la compra de un negocio no obedece a una planificación previa, sino a una opción elegida ante la pérdida del empleo para algunas personas.
Un caso bien distinto es aquel en el que una persona decide por su propia voluntad dejar una actividad previa, para dedicarse a una actividad independiente, como lo es la operación de un fondo de comercio propio. Esto puede surgir como una vocación de independencia, o bien como un impulso frente al hastío de un trabajo que no resulta atractivo, en un entorno poco amigable, un jefe con el cuál no te entiendes u otros motivos similares.
A veces, una mudanza familiar puede ser el disparador para incursionar en la actividad comercial. Sin embargo, los motivos pueden ser nuevamente diversos, incluyendo por ejemplo un traslado de uno de los miembros de la familia por cuestiones laborales; la renuncia a un empleo para empezar una nueva vida en otro sitio, especialmente cuando se intenta dejar una gran ciudad en búsqueda de una vida más tranquila, aunque podría ser exactamente la razón contraria; traslado a otra ciudad vinculados a la educación de los hijos, a otros motivos familiares, a cuestiones relacionadas con la salud de un miembro de la familia o bien una mudanza por motivos sentimentales, para estar cerca de la pareja.
También hay situaciones en las que un miembro de la familia, habitualmente la madre o el padre, decide adquirir un comercio como una alternativa laboral para otro miembro de la familia, ya sea un hijo, un hermano o inclusive padres y madres.
Finalmente, podemos mencionar el disparador de la simple oportunidad. Es decir, cuando una persona se entera que un comercio está en venta o el comerciante tiene interés o necesidad de abandonar y cerrar su negocio. Ello podría ser el motivo para que un conocido, un familiar, un vecino o un amigo, decida adquirir dicho negocio.
La lista de motivos e incentivos para comprar un fondo de comercio podría ser bastante más extensa, pero con los anteriores ya podemos notar que pueden ser muchísimos los disparadores de una búsqueda o interés que lleven a concretar la adquisición.
Por supuesto, para algunas personas un comercio en marcha puede ser la alternativa ideal, mientras que otros podrían inclinarse por adquirir una franquicia. En otra nota nos referiremos a las ventajas y desventajas de dichas opciones, como así también a porqué un negocio en marcha puede ser una alternativa superadora a la creación de uno nuevo desde el inicio.
Y ahora te toca a vos. Cuál es el motivo que te genera interés por comprar tu futuro negocio?