La indumentaria es parte de nuestras vidas. Todos –o casi todos– le damos importancia a nuestra vestimenta, eligiendo diariamente que prendas y accesorios usar, ya que cómo elegimos vestirnos refleja nuestra personalidad, siendo una de las principales herramientas utilizadas para definirnos y expresarnos.
Es por eso que existen miles de negocios de indumentaria, cada uno con su estilo propio, destinados a todo tipo de públicos y segmentos, con intereses ampliamente variados. Esto convierte al mercado de la indumentaria en algo inmenso, en donde el éxito puede darse al imponer una marca, un estilo, o por captar al público correcto.
Podría escribir cientos de páginas sobre el mercado de la indumentaria, incluso sin salir de América Latina. Es por eso que, en lugar de presentarles un artículo de +50 páginas, decidí resumir en 5 tips algunas de las cuestiones que, a mi parecer, son imprescindibles a la hora de emprender un negocio dentro del rubro.
- Definí qué vas a vender y cuál va a ser tu público: Esta primera premisa parece obvia, pero muchos no la definen de entrada y ahí es cuando cometen el primer error. Muchas veces, por tratar de satisfacer las necesidades de todos, el negocio no termina de apuntar a ningún sector en especial. Definir desde un comienzo tu negocio, pensando qué vas a vender, cómo vas a venderlo (medios físicos o digitales?), y cuál será tu público target, es clave. Por medio de un estudio de mercado vas a poder estudiar tu competencia, y describir cuál sería tu “cliente ideal”: edad, sexo, intereses, nivel socioeconómico, aspectos culturales, etc.
- Seleccioná una ubicación adecuada para tu local: Una vez tengas claro cuál es tu negocio, y a qué público vas a orientarte, definir dónde vas a colocar tu local debería ser tarea fácil. La ubicación tendrá en cuenta factores como flujo de gente –similar a tu público target– en el área, horarios de atención, y cercanía a insumos, proveedores o todo aquello que necesites para llevar adelante tu emprendimiento.
- Hacé énfasis en el diseño de marca: Este paso también es muy importante, ya que elegir un nombre y una identidad visual para tu negocio será clave a la hora de que tu público se identifique con el mismo. Un consejo: contratá un diseñador gráfico. Tratá de no escatimar gastos en este paso, ya que será la forma en que tus clientes te reconozcan al momento de realizar una compra y, además, tu marca tendrá más chances de perdurar en el tiempo.
- Elegí si vas a vender productos de tu autoría, o marcas de terceros: Si decidís ir por lo primero, tenés dos opciones: fabricar tu propia ropa, lo cual implicará investigar sobre telas, manufactura, y todo lo relacionado con el diseño y producción: o comprar en un mayorista o tercero (lo que se llama marca blanca), e incorporarle tu etiqueta de marca.
En caso de que optes por vender marcas de terceros, será fundamental hacer una buena selección de proveedores e investigar a fondo cómo tratar temas como la negociación de las condiciones de pago, tiempos de entrega, división de ganancias, etc.
- Mantenete activo en las Redes Sociales: Indumentaria es moda, es actitud y personalidad. Es sinónimo de saber expresarse. Muchas personas buscan estar actualizadas en las últimas tendencias, por lo que mostrar tanto tus nuevas colecciones, como las mundiales, en las redes es de suma impotancia. Armá una fanpage mostrando los productos que vendés, y también usala para compartir publicaciones de interés. No descartes la idea de hacer colaboraciones con algún “influencer” que te ayude a difundir tu negocio con sus seguidores de Instagram, Twitter, Youtube o Facebook. Hoy en día se utiliza mucho este método, y da muy buenos resultados; lo importante es buscar ”influencers” cuyos seguidores estén en línea con el público que querés captar.
Como conclusión, un negocio de indumentaria puede llegar a ser muy exitoso, siempre y cuando sepas cómo gestionarlo. Todo emprendimiento conlleva un riesgo, así que tené en cuenta estos tips para ayudarte a mitigarlo y trabajar con esfuerzo e inteligencia a la hora de difundir y comercializar. Por último, no te olvides de poner en regla tu negocio! Registrarte como dueño, pagá los respectivos impuestos y asegurate si necesitás permisos adicionales.